sábado, 2 de noviembre de 2013

la belleza está muriendo y lo hace de una forma permanente 
por doquier 

he ahí una verdad irrefutable 

lo comprendemos
oscuramente lo comprendemos
ayer hoy ahora
y ello contribuye a esos estados
de sorda desesperación
de contenida angustia
que a veces caminan con nosotros
obsesivos

esos estados
en que evocamos el sonido del nombre de la rosa
cuando la rosa ya marchita
deshojada
ha dejado en nuestras manos un sendero de espinas

la belleza está muriendo
comenzó a morir demasiado tiempo atrás
tanto
que los relojes no alcanzan por más arena que devoren

está muerta
y estas líneas garabatos
vienen a ser una constatación obvia inútil redundante
de la desdicha

(existencia
esa colección de cadáveres que somos)


No hay comentarios:

Publicar un comentario